Dicen que el mejor momento para reírse de una anécdota es cuando ya ha sucedido. Pues eso, es al día siguiente cuando me puedo reír de que anoche mi cama se cayese, no, no fui yo quien se cayó, sino que directamente ésta dijo "hasta aquí llego" y venciéndose los soportes metálicos me dejó en el suelo con cada pata en perpendicular al colchón. Desde luego el ruido a medianoche mientras todos duermen (incluida yo) no fue nada discreto, así que a partir de hoy he decidido que las camas estilo japonés de esas bajitas no me gustan, quedan demasiado a ras del piso... es como dormir en el suelo, igual a lo que hice yo anoche.
1 comentario:
Bueno, todo es relativo, dormir en una buena cama japonesa es toda una experiencia. A mi me gusta.
Publicar un comentario